¿Cuál es la edad ideal para que los niños usen dispositivos digitales?

El afán por los dispositivos digitales en los niños es un tema controversial. Si de habilidades se trata es común ver a un niño de apenas 3 años manejando un dispositivo de estos. En la actualidad el Smartphone o la tablet de mamá o papá son uno de los primeros objetos de entretenimientos con los que están interactuando los pequeños de la casa, bien sea para ver un vídeo, hacer dibujos animados On-line, o simplemente, para divertirse con un juego.

Con tanta diversión a su alcance es posible que a muy corta edad los niños deseen tener una Tablet o hasta un Smartphone. Este es el momento en donde los padres se preguntan: ¿a cuál edad puedo darle a mi hijo un dispositivo digital propio?

Especialistas coinciden en que alrededor de los dos años los niños aprenden correctamente de sus propias experiencias con el mundo, mientras que al invertir tiempo en una pantalla táctil no hay interacción alguna con elementos reales.

Los niños a partir de los 3 años de vida pueden obtener algunos beneficios de aplicaciones o juegos con contenido educativo, pues a través de ellos hacen uso de sus habilidades motoras, desarrollan su capacidad cognitiva y pueden solucionar situaciones sencillas propias de su edad.

A partir de los 4 y 5 años de vida los niños ya pueden leer, al punto que pueden manipular a la perfección una Tablet o Smartphone. Para este tipo de situaciones, el uso supervisado de lecturas digitales podría resultar una herramienta para mejorar su nivel y aumentar su capacidad de comprensión lectora.

Psicólogos coinciden en que la edad ideal para que un niño pueda tener de manera supervisada su primer Smartphone es a partir de los 11 años, pues en esta etapa el niño o joven ya cuenta con cierto nivel de madurez y responsabilidad. En esta etapa el círculo de amistades del chico crece y sus intereses suelen cambiar. En este sentido, retrasar al chico evitándole el acceso a tener un Smartphone podría ubicarlo en una situación de aislamiento social nada favorable para esa etapa de su vida.

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Permitirle al hijo tener un Smartphone es un compromiso que los padres asumen, pues ellos deben por medio de normas controlar el uso del dispositivo.

A continuación, mencionaremos algunos consejos de gran utilidad para los padres ante el uso precoz de herramientas digitales de sus hijos:

1. Hacer una buena elección. No recargar al niño de dispositivos electrónicos en exceso, ni con equipos de tope de línea. Tampoco incentivarles adicción a lo tecnológico. Todo en su justa medida y con supervisión es permitido.
2. Mantenga supervisado a su hijo, explíquele lo expuesto que está al tener un dispositivo móvil y todo el universo de información disponible en internet. Explíquele que existen contenidos inapropiados. Converse con él acerca del acoso a través de las redes. Así mismo, conozca e involúcrese con su círculo social, sus grupos y contactos en el teléfono.
3. Infórmele al niño que el dispositivo debe permanecer apagado en el colegio.
4. Establezca un horario para el uso del dispositivo y límites. Incentívelo a cumplir con sus deberes como estudiar, realizar sus actividades académicas y extraacadémicas para luego poder hacer uso en los horarios permitidos de teléfono.
5. No le permita al chico usar el teléfono al momento de compartir la mesa.
6. Los padres deben asegurarse de que, al momento de descansar, el niño no haga uso del dispositivo. Lo correcto sería colocarlos en un lugar común de la vivienda.

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¿Qué dicen los estudios?

Diferentes estudios científicos afirman que el uso excesivo de los dispositivos móviles y digitales pueden traer consecuencias en la salud de los niños.

Un estudio publicado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California, Berkeley, en la revista Clinical Neurophysiology revisada por pares [peer-reviewed], en setiembre 2013, dio como resultado que la exposición a la radiación de las redes LTE (Long Term Evolution, radiación del teléfono móvil 4G) afecta a la actividad neuronal del cerebro, algunos efectos biológicos adversos por el uso prolongado de este dispositivo son: aumento en la glucosa en el cerebro, huesos debilitados, estrés genético, disfunción en el sistema inmune, entre otros mencionados en el estudio.

Otro estudio del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos reveló que el cerebro de los chicos que pasan mucho tiempo frente a las pantallas de estos dispositivos sufren modificaciones considerables, los niños y jóvenes acostumbrados al uso de aparatos electrónicos muestran un adelgazamiento prematuro de la corteza cerebral, o córtex, el órgano encargado de procesar las informaciones enviadas al cerebro por los cinco sentidos.

Las diferencias significativas fueron encontradas en los jóvenes que pasan más de siete horas por día frente a los dispositivos. Desde el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos señalaron, además, que los resultados mostraron que los chicos que pasan más de dos horas por día frente a una pantalla tuvieron peores resultados en las pruebas de lenguaje y razonamiento, comparados a los que no están expuestos a ese estímulo.

Pero no todos los estudios son negativos, Lisa Guernsey, directora de tecnologías de aprendizaje de la fundación New America. Durante más de dos años, ella y su compañero Michael Levine, entrevistaron a más de una veintena de neurólogos, educadores, psicopedagogos, psiquiatras, psicólogos y desarrolladores de tecnologías, quienes han publicado estudios científicos acerca del impacto del uso de las nuevas tecnologías durante la primera infancia. Ellos publicaron sus conclusiones en el libro Tap, click, read (“Toque, haga click, lea”), donde afirman que, si se le da el acompañamiento necesario por parte de un adulto, si se escoge bien lo que el niño va a ver, oír o interactuar con el dispositivo y se limita el tiempo de uso, puede ser una herramienta importante de aprendizaje y desarrollo a partir de los 18 meses.

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El uso consciente y responsable de dispositivos digitales en menores es un compromiso y una responsabilidad que los padres adquieren. Nunca se debe olvidar que los padres son el espejo en el que sus hijos se reflejan. Si el padre permanece también hiperconectado (actualmente permanecemos en esta actividad) y distante de la crianza de los niños, muy probablemente los pequeños repitan el patrón.

Indiscutiblemente, estamos en la era de la digitalización. Pero no se debe dejar a un lado el entorno social y afectivo. Encontrar el equilibrio entre lo digital y lo social es imprescindible para que el crecimiento de los niños sea adecuado y experimenten todas las etapas que le llevarán a configurar una personalidad sociable y adaptada a su entorno. Recordemos que hay poco tiempo de invertir los efectos que los dispositivos digitales puedan causar en los niños, sean buenos o malos.