En estos días por recomendaciones gubernamentales y de salud, hemos tenido que mantenernos en casa durante un tiempo indefinido. Para que esta presión de estar todos juntos en un espacio más pequeño de lo que estamos acostumbrados no nos lleve a la “locura” una manera muy lúdica de pasar el tiempo y también una forma de aprendizaje para tus hijos, es retomar la lectura en familia, algo que ha pasado mucho de moda y ha sido opacada por las actividades diarias de todos los integrantes de la familia. Pero ¡tranquilos! llego el momento de reiniciar con más fuerza esta actividad y que mejor manera de hacerlo que recordando este cuento infantil que papá y mamá nos leían cuando eramos niños y que ahora podemos compartir con nuestros hijos.
El patito feo un cuento infantil para esta cuarentena, una adaptación de la historia original del autor Hans Christian Andersen. Además, al final podrás encontrar una actividad de aprendizaje. De esta manera podrás darte cuenta que tan fácil o difícil es para tu hijo tener una comprensión de lectura.
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El patito feo
Como en cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar como todas sus amigas del corral. Llego el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez. Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alegría de la Señora Pata y de sus amigas.
Tan contentos estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aun no se había abierto. Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto.
Al poco tiempo, el huevo comenzó a romperse y de el salió un sonriente patito, más grande que sus hermanos, pero ¡Oh sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis.
Todos se morían de vergüenza por haber tenido un patito tan feo, mientras prestaban atención a los otros seis.El patito se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta que allí no le querían.
Pasaron los días y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues crecía muy rápido y era flaco y desgarbado, además de bastante torpe el pobre.
Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe. El patito se sentía muy desgraciado y muy sólo y decidió irse de allí. Cuando todos fueron a dormir, él se escondió entre unos juncos, y así emprendió un largo camino.
Tristemente se alejo de su hogar para buscar la felicidad en otro lugar, hasta que, de pronto, vio un molino y una hermosa granja. El se acercó con recelo y al ver que todos callaban decidió quedarse allí a vivir. Pero al poco tiempo todos empezaron a llamarle patito feo, pato gordo…, e incluso el cerdo lo maltrataba.
Durante todo el invierno estuvo deambulando de un sitio para otro sin encontrar donde vivir, ni con quién. Cuando llegó por fin la primavera, el pato salió de su cobijo para pasear. De pronto, vio a unos hermosos cisnes blancos, de cuello largo, y el patito decidió acercarse a ellos.
Los cisnes al verlo se alegraron y el pato se quedó un poco asombrado, ya que nadie nunca se había alegrado de verlo. Todos los cisnes lo rodearon y lo aceptaron desde un primer momento. El no sabía que le estaba pasando. De pronto, miro al agua del lago y fue así como al ver su sombra descubrió que era un precioso cisne más. Desde entonces vivió feliz y muy querido con su nueva familia.
Fin.
Autor: Hans Christian Andersen
Adaptación: Desconocido
Imagen: Google imágenes.
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Actividad de compresión lectora
Puedes imprimir esta actividad para que la puedas desarrollar o puedes resolverla en tu cuaderno favorito. 💜💚
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