Crianza

El bullying: ¿Qué hacer si mi hijo es el agresor?

El acoso escolar, esa situación de hostigamiento y de intimidación que puede derivar en actos hostiles, es la forma de violencia más común de los últimos tiempos en recintos escolares.

En muchas ocasiones resulta difícil identificar si el niño o adolescente está siendo víctima de bullying e iniciar el proceso de rescate o ayuda. Pero puede ser aún más difícil aceptar y procesar que sea su hijo el acosador.

Los estudios indican que los “bully” -así se conoce a los acosadores- pueden actuar con la intención de pasar desapercibidos. La agresión física (golpes, palizas, etc) es más común en niños pequeños (de 5 y 6 años de edad), y después otra vez en la adolescencia, cuando el acosador ha aprendido más técnicas de acoso psicológico y verbal que le permiten abordar fácilmente a su víctima sin ser sancionado, pues los golpes o maltratos físicos son más fácilmente detectables por las autoridades escolares o padres de familia.

Como padres, hay que estar pendientes de ambas cosas: Tanto si el niño o adolescente está siendo víctima de bullying como si puede estar protagonizando el papel de “villano”.

bullying

El acoso escolar, esa situación de hostigamiento y de intimidación que puede derivar en actos hostiles, es la forma de violencia más común de los últimos tiempos en recintos escolares.

¿Qué hace que un niño se convierta en acosador o bully?

Por supuesto que la mayor parte de las causas de toda conducta irregular de los escolares o adolescentes está en sus entornos familiares. Son muchas, pero en general los acosadores comparten ciertas características comunes:

  • Son niños o adolescentes con baja autoestima.
  • Provienen de ambientes familiares en los que predominan las agresiones físicas o verbales.
  • Pueden ser hermanos menores que han sido agredidos, atosigados o dominados por hermanos adolescentes y por ello adopta estas conductas con otros niños.
  • Trastornos neurológicos (hiperactividad, entre otros)

¿Cuál es el perfil de un acosador o bully?

  1. Autoestima baja, enmascarada con superioridad o arrogancia.
  2. Baja tolerancia a la frustración.
  3. Reacciona casi siempre de forma reactiva y tiene estallidos emocionales muy marcados: gritos, ofensas, gesticulaciones intimidantes.
  4. Lenguaje ofensivo e irrespetuoso.
  5. No acata normas.
  6. Busca llamar la atención con su actitud.
  7. Tiene problemas para establecer relaciones interpersonales duraderas y respetuosas: Puede estar rodeado de muchos “amigos” pero realmente no los tiene. No confía en nadie ni es capaz de confiar y no lo mueven valores como la solidaridad, el compañerismo, el respeto, propios de una amistad.

¿Qué hacer si mi hijo es el agresor?

  1. En primer lugar, hay que analizar por qué el niño decidió asumir esa posición. Posiblemente exista un precedente familiar o social importante que lo incite a molestar. Existen casos donde estas conductas se manifestaron desde la niñez porque el niño no fue orientado a manifestar sanamente sus emociones como la rabia, frustración, el miedo. Otros chicos sencillamente repiten conductas de vivencias del entorno, situaciones de violencia familiar, abandono, separación de padres, abusos, entre otras, que probablemente saldrán a flote cuando se descubra que es un acosador.
  2. Es prioritario conversar con el niño o adolescente para que puedan entender que sus conductas conllevan a consecuencias en el plano escolar, familiar y personal.
  3. Se debe buscar ayuda de un profesional tanto para corregir la conducta del acosador como para dotar de herramientas a los padres mientras enfrentan la situación.
  4. Es imprescindible examinar su círculo de amistades, y de ser necesario, aplicar los correctivos necesarios. Ser el agresor es sinónimo de superioridad, de liderazgo y esta persona en la mayoría de los casos cuenta con un grupo de apoyo para cometer esos actos.
  5. Colabora también con la institución educativa para dar seguimiento al caso y evaluar las mejoras.
  6. Demuestra amor y comprensión, pero que desapruebas su conducta. Anímale a que reconozca su error y pida disculpas a las víctimas.
  7. Puedes intentar canalizar la agresividad del niño o adolescente hacia una actividad deportiva.
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Como padres, hay que estar pendientes de ambas cosas: Tanto si el niño o adolescente está siendo víctima de bullying como si puede estar protagonizando el papel de “villano”.

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