salón de ballet para niños, niñas y adolescentes

El ballet o danza clásica infantil y juvenil es una de las actividades extracurriculares que le pueden aportar al niño, niña o adolescente un gran nivel de concentración, foco, disciplina, personalidad y flexibilidad a su cuerpo.

El objetivo del ballet es contar una historia a través del movimiento del cuerpo, para lo cual es necesario un adiestramiento constante y un ensayo habitual de las rutinas

Uno de los factores que más incide en el rendimiento de una bailarina o bailarín es el espacio en el que practica. Un salón de danza debe estar diseñado y decorado de tal forma que sea capaz de estimular la creatividad y propiciar un ambiente acogedor y que movilice “emociones” a quienes concurren a diario para perfeccionar sus destrezas.

Además, y con mucha más razón cuando se trata de niños y adolescentes, el perfil de seguridad que ofrezca el estudio de ballet es un elemento que padres y representantes analizarán a fondo antes de inscribir a sus hijos en esta actividad.

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¿Cómo debe estar decorado un salón de ballet para niños, niñas y adolescentes? A continuación, una serie de tips que conjugan el perfil estético, funcional y de seguridad:

1) El espacio:

Debe ser amplio, lo suficiente como para que varios grupos puedan practicar rutinas en simultáneo y desplazarse con facilidad y soltura.
Se debe disponer de butacas horizontales y preferiblemente, adosadas a la pared o colocadas contra ella, para permitir que eventualmente se sienten los practicantes y también los instructores. Lo ideal es que no haya sillas o butacas sueltas en el área de desplazamiento y ensayo de los bailarines.
Debe contemplarse un área tipo camerino para que los niños, niñas o adolescentes puedan guardar sus vestuarios y pertenencias mientras practican.

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2) La iluminación:

Este elemento es fundamental para lograr una adecuada concentración. Recuerde lo siguiente:

Un salón de danza debería idealmente tener amplios ventanales para recibir directamente los rayos de sol y favorecer una preparación en esas condiciones estimulantes durante las horas del día.
Como los ensayos no pueden ser siempre diurnos hay que adecuar el salón de ballet para que posea también una buena iluminación central y tenga además apliques o “candelabros” ubicados estratégicamente en los laterales.
El color de los bombillos del centro debe ser preferiblemente blanco o amarillo. Las luces fluorescentes que se pueden alternar entre fría y cálida son una buena opción.
Es ideal que las luces puedan graduarse a través de dimmers, lo que permitirá que se haga énfasis en rutinas individuales. También, favorece la concentración en técnicas específicas: en la parte del stretching, por ejemplo, funciona mejor trabajar con menos luz que cuando se ensaya y se requieren correcciones del profesor o profesora; entonces allí la iluminación debe estar en su máximo nivel
Los reflectores externos de luces de colores pueden servir como recurso adicional para preparar ciertas rutinas.

3) El piso:

Este es un detalle vital en la conformación de todo estudio de ballet, principalmente en términos de la protección de quienes bailan. Tome en cuenta lo siguiente:

El piso del aula debe ser idealmente de madera, pero con ciertas especificaciones para que los movimientos sean amortiguados.
Expertos en danza explican que lo importante en este punto es la colocación de elastómeros sobre los que, a su vez, se ponen láminas de madera. Ellos cuentan con cierta flexibilidad y retornan a su posición original una vez se deja de aplicar presión sobre ellos (como la que ejercen los bailarines en sus movimientos habituales) Dependiendo del material, pueden comprimirse de un 5% a un 700%.
Dichos elastómeros tampoco pueden ser “trampolines”, porque implicarían un riesgo para las rodillas y el sistema músculo-esquelético de los bailarines.
Otra opción que abarata costos en este caso son los pisos sintéticos o de hule. Tienen un buen perfil de seguridad y pueden ser más fácilmente reemplazados. Esta clase de superficies sintéticas, gracias a los avances de las tecnologías, proporcionan también una superficie de ejercicio segura que amortigua los impactos en caso de caída y otro factor importante: aíslan el ruido.
ADVERTENCIA: Evite colocar un piso sólido como cemento, considerando además la frágil anatomía del niño, niña o adolescente.

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4) Las barras:

Son indispensables mientras los bailarines y bailarinas controlan sus movimientos musculares y adquieren sus destrezas.
Pueden estar fijas en la pared o portátiles, pero deberían poder adaptarse a las alturas de cada uno de los bailarines y bailarinas.
Pueden ser de diferentes materiales: madera, pvc o hierro. Aunque las primeras son las más recomendables.
Es recomendable colocar dos barras a diferentes alturas: una para los mayores y otra para los más pequeños.

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5) Espejos:

Los espejos deberían ocupar el lado más largo de la sala y tener alrededor de dos metros de altura para facilitar una visual completa del movimiento.
Hay que cuidarse de que el espejo no distorsione la imagen de lo que se muestre –no aumente o disminuye el tamaño- para que refleje una situación muy parecida a la de la realidad.
Es recomendable sujetar los espejos a la pared sobre un panel de madera de su misma dimensión, previamente clavado. Si no están fijados, los niños pueden sentir la “tentación” de tocarlos y eso puede conllevar un riesgo.
En algunos casos, se recomienda también contar con “cortinas” o cobertores que permitan cubrir los espejos cuando sea necesario.

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6) Colores y otros elementos decorativos:

Los colores claros y neutros predominan por lo general en los estudios de ballet.
La sobriedad de estos recintos inducen a una mejor concentración, así que se opta por una decoración minimalista, si acaso pocas figuras alusivas al ballet en alguna pared.
Al tratarse de niños -cuyas destrezas cognitivas se activan de mejor manera en entornos salpicados con algo de color- se puede optar por tonos verdes o rosas pasteles. Quizá se pueda salpicar alguna columna de algún color fuerte, pero sin exagerar en todo el espacio.
Una buena alternativa de color para esa pared colorida puede ser el ultravioleta, escogido por Pantone como el color del año 2018.
De acuerdo con las tendencias decorativas de 2018, la combinación blanco y negro también vuelve a estar in y esta ha sido justamente una de las favoritas tradicionalmente en los salones de ballet.