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9 divertidos cuentos clásicos para leer con tus hijos en esta cuarentena

cuentos clásicos

En estos días por recomendaciones gubernamentales y de salud, hemos tenido que mantenernos en casa durante un tiempo indefinido. Para que esta presión de estar todos juntos en un espacio más pequeño de lo que estamos acostumbrados no nos lleve a la “locura” una manera muy lúdica de pasar el tiempo y también una forma de aprendizaje para tus hijos, es retomar la lectura en familia, algo que ha pasado mucho de moda y ha sido opacada por las actividades diarias de todos los integrantes de la familia. Pero ¡tranquilos! llego el momento de reiniciar con más fuerza esta actividad y que mejor manera de hacerlo que recordando esos antiguos cuentos clásicos que papá y mamá nos leían cuando eramos niños y que ahora podemos compartir con nuestros hijos. Es una manera muy linda de revivir esas inigualables tardes y noches de nuestra infancia.

A continuación, vas a encontrar una serie de cuentos clásicos que seguramente te marcaron positivamente en tu niñez, son esos cuentos que nunca olvidarás, una versión un poco más corta pero llenos de la misma magia, diversión y los inolvidables personajes que nos hicieron amar el mundo de la lectura.

1. Peter Pan 

Cuando Wendy se disponía a dormir con sus hermanos vieron una lucecita volar por toda la habitación. Era Campanita el hada que siempre acompañaba a Peter Pan. En ese instante llegó Peter Pan e invitó a Wendy a visitar volando la isla de Nunca Jamás y conocer a los Niños Perdidos que viven con él. Peter Pan tenía la intención que Wendy sea la mamá de todos ellos.

Ya muy cerca de allí, Campanita vio que Peter Pan tenía atenciones especiales con Wendy y se puso muy celosa. Por ello, mientras Peter le explicaba a Wendy que El Capitán Garfio era su mayor enemigo, Campanita decidió adelantarse del grupo y llegar antes que todos. Peter narró la historia que un cocodrilo devoró la mano del Capitán Garfio. Hasta ahora el cocodrilo lo persigue para devorarlo por completo.

Como Campanita llegó antes que el grupo a la isla, ordenó a los niños perdidos disparar a una supuesta ave que quería atacar a Peter. Cuando Peter y Wendy se acercaron, los niños, creyendo que era el ave, dispararon a la pequeña Wendy y ella cayó herida. Peter, la ayudo a sobreponerse y explicó que era una amiga que había llegado para ser la madre de todos.

Muy felices, los niños construyen una hermosa casa para Wendy, que muy contenta hacía su papel de madre amorosa, contando cuentos, dando medicinas y poniendo normas. Sin embargo, Garfio, enterándose de la presencia de Wendy, captura a los niños en el momento que Wendy los había convencido para volver al mundo real y ser adoptados por su familia.

Al enterarse del rapto, Peter acude a rescatarlos y vence a Garfio en la lucha final. El Capitán Garfio cae al agua donde está el cocodrilo y desapareció. Peter Pan había vencido.

Después todos deciden volver a casa, donde son adoptados, excepto Peter, que no quiere crecer y decide regresar a la isla, prometiendo volver para llevarse a Wendy cada primavera.

Fin. 

cuentos clásicos

Autor: James Matthew Barrie

Adaptación: Karin Silva – SoS Editorial

Imagen: Google imágenes. 

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2. La dama y el vagabundo

Era navidad y Jaimito le regalo a su esposa Linda una mascota. – ¡Le pondremos Reina! – Dijo ella al descubrir a la preciosa cachorrita. La vestiremos, perfumaremos y será la perrita más feliz de Inglaterra. Luego que creció a Reina se le otorgo un hermoso collar.

Con su collar nuevo, Reina deseaba con muchas ganas mostrárselo a sus mejores amigos, Jock y Triste. – Ahora eres toda una dama – Le dijo Jock sonriendo. Ella se sentía muy orgullosa de ello.

Al otro lado de la ciudad, Golfo estaba ocupado tratando de salvar a sus amigos de la perrera. En un momento el hombre de la perrera comenzó a perseguirlo mientras sus amigos escapaban, Golfo se burlaba de los hombres mientras huía de ellos pero todo comenzó a cambiar.

Reina estaba triste porque sus amosno se fijaban en ella. Jock y Triste sabían cual era el problema, Linda estaba esperando un bebé. – ¿Qué es un bebé? – Pregunto Reina. – Cuando un bebé llega el perro se va – Interrumpió Golfo. El no confiaba en ningún humano.

Golfo explico que a Reina le darían las sobras de la comida, y que de noche dormiría en una casa de perros llena de goteras. Reina se angustio, pero las predicciones de Golfo no se cumplieron, cuando la bebé nació Linda alzo a Reina para que viera al hermoso bebé.

Todos los días Reina cuidaba al bebé. Sus amos estaban orgullosos de ella. – Vamos a tomar unas vacaciones te dejamos  cargo del bebé, la tía Sara estará aquí para ayudarte – Pero la tía Sara no dejaba que Reina se acercara al bebé y Reina comenzaba a desesperarse.

Los gatos siameses de la tía Sara no hacían más que destrozos, destrozaron las cortinas, rompieron jarrones y rápidamente subieron al segundo piso. – La bebé – Pensó Reina. Trato de detener a los gatos pero sis ladridos enfadaron a Sara, después de que le pusieron un bozal Reina escapo del lugar.

Corrió in saber por donde iba. De repente apareció Golfo, quien al verla en problemas con unos perros ataco a los matones y salvo a Reina. – ¿Estás bien guapa? – Pregunto Golfo.

Reina le contó su historia con tristeza y Golfo la escucho con ternura. – Lo primero es quitarte ese bozal – Dijo Golfo, luego la llevó al zoológico. Allí, un castor quien construía una represa, de un mordisco libero a Reina de su bozal, quien le agradeció enormemente su ayuda.

Golfo quiso alegrar a Reina y la llevó a un restaurante donde el italiano Joe, adoraba a Golfo. Les ofreció espaguetis y les dio una serenata. Sin darse cuenta, los dos tomaron la misma tira de espagueti y sus narices se tocaron tiernamente. La Dama y el Vagabundo caminaban felices por las calles iluminadas.

Cansados los dos se quedaron dormidos en una colina. A la mañana siguiente Reina preocupada deseaba llegar rápido a su hogar. Golfo la invitó para que viera como vivía un “perro de verdad” pero Reina seguía preocupada por el bebé. – Tienes razón – Dijo Golfo, y la llevó de inmediato a su hogar.

La tía Sara estaba enfadada con Reina por haber huido, así que la encadeno a una casa de perro. De pronto, una rata entró a la casa. Reina ladro tratando de alertar lo que pasaba, pero el único que escucho sus ladridos fue Golfo.

– ¿Que pasa guapa? – Pregunto Golfo.

– Hay una rata en el cuarto del bebé – Le respondió Reina. Rápidamente Golfo entro a la casa, mientras Reina rompió sus cadenas y fueron juntos a la habitación del bebé. Golfo peleo con el animal. Sara escucho el llanto del bebé y sin comprender que había pasado, acuso a Reina y Golfo de molestar al bebé.

Con rabia, encerró a reina en el sótano, y a Golfo en el armario. Tomo el teléfono y llamo a la perrera para que vinieran por Golfo. Jock y Triste decidieron ayudar a su amigo. Se fueron tras el camión de la perrera. En eso Jaimito y Linda entraron por la puerta y liberaron a Reina del sótano.

– Trata de decirnos algo – Dijo Jaimito. Reina los llevo al cuarto del bebé y les mostró la rata muerta, detrás de la cortina. ¡Golfo era un héroe! Jaime y Linda decidieron dar las gracias a Golfo y lo sacaron inmediatamente de la perrera.

Con su collar nuevo y una placa reluciente, Golfo se convirtió en un perro de hogar. Estaba muy contento. Tiempo después, Golfo y Reina tuvieron cuatro hermosos cachorros. Desde ese momento la Dama y el Vagabundo vivieron felices por siempre.

Fin. 

cuentos clásicos

Adaptación de la película de Walt Disney Animation Studios

Imagen: Google imágenes.  

3. La bella durmiente

Una princesa había nacido y fueron invitadas todas las hadas del reino para ofrecerle sus mejores regalos. Por el ajetreo del nacimiento de su hija, el Rey había olvidado invitar a una de las hadas. Nadie se había acordado de ella. Esta hada, además de ser muy gruñona y malvada, se sintió tan ofendida que planeó vengarse.

La perversa hada apareció en la reunión. Dijo que a pesar de no haber sido invitada le daría el regalo más grande de todos: la muerte. Agitó sus manos y lanzó un hechizo sobre la princesa: que a los 15 años se pincharía el dedo con una aguja de una rueca y en ese instante moriría. Luego se marchó sin decir más.

Sin embargo, la malvada hada se precipitó en lanzar su maléfico hechizo, sin darse cuenta que faltaba una última hada buena en darle un don. Entonces, esta hada transformó el poderoso hechizo de muerte en solo un profundo sueño que duraría cien años. Además, para calmar el dolor de la familia extendió el hechizo para que todo el reino durmiera hasta entonces.

A pesar de que los reyes eliminaron todas las máquinas de hilar del reino, el día del cumpleaños número 15 de la princesita, la malvada hada apareció. Al encontrarse con la princesa la persuadió y la llevó hasta una habitación llena de ruecas. Ella nunca había visto una porque el rey las había ocultado en el reino. Como la princesa no sabía usarlo se pinchó el dedo. En ese instante tanto ella como el reino cayeron en un profundo sueño.

Con el tiempo el palacio quedó oculto por espinos. Todo era silencio. Cuando al fin pasaron los cien años, un príncipe llegó hasta el reino que dormía. Cuando encontró a la princesa durmiendo, y a verla tan bella, le dio un beso. En ese momento ella despertó. Al mismo tiempo todo el reino comenzó a despertarse. una alegría total se vivió en aquel lugar. El Rey estaba tan contento que al poco tiempo celebró la boda de su hija y vivieron felices para siempre.

Fin. 

cuentos clásicos

Autor: Charles Perrault 

Adaptación: Karin Silva. SoS Editorial

Imagen: Google imágenes. 

4. Rapunzel

En una torre muy alta, en lo más profundo del bosque, vivía encerrada Rapunzel. Ella no conocía a otras personas más, sólo a la bruja malvada quien le decía ser su madre. Una tarde Rapunzel comenzó a cantar con su melodiosa voz. Un príncipe perdido en el bosque escuchó el hermoso canto. Así que siguió el sonido hasta que llego a la torre. El príncipe quiso acercarse más pero se escondió al ver a la bruja.

El príncipe oyó a la bruja gritar a la torre, “Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza”. Rapunzel se acercó hasta la ventana y soltó su larga y bella cabellera.La bruja utilizaba la cabellera para subir como si fuera una soga. El príncipe al ver  Rapunzel se enamoró de ella. Así que esperó hasta que la bruja se fuera.

¡Rapunzel, Rapunzel, lanza tu trenza! Dijo el príncipe e inmediatamente la trenza de Rapunzel cayó. Al llegar hasta la cima, la pobre jovencita se asustó con la presencia de un extraño. Nunca antes había visto a un hombre. Al ver los ojos enamorados del príncipe no tardó en enamorarse ella también. El príncipe le propuso matrimonio y ella aceptó muy contenta.

La bruja malvada se enteró que el príncipe visitaba a Rapunzel cuando ella se marchaba. Así que decidió esconderse para encontrarlos juntos. Cuando lo hizo, se enojó tanto que cortó el cabello de Rapunzel y hechizó al príncipe para dejarlo ciego y luego lo abandonó en medio del bosque. La bruja creyendo que los había separado para siempre se marchó.

Desorientado, el príncipe ciego vagó por el bosque por semanas. Hasta que un día oyó nuevamente la voz de su amada. Cuando se encontraron, Rapunzel acostó a su amado en sus piernas, lloró de pena al verlo ciego, pero también de felicidad. Sus lágrimas cayeron sobre los ojos del príncipe que le curó la ceguera. En ese momento el hechizo se rompió y la malvada bruja murió. Rapunzel y el príncipe se casaron y vivieron felices para siempre.

Fin. 

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Autor: Jacob y Wilhelm Grimm

Adaptación: Karin Silva. SoS Editorial. 

Imagen: Google imágenes. 

5. La Bella y la Bestia

Un padre tenía tres hijas. Un día las reunió para preguntarles qué querían que le trajera a cada una cuando vuelva de viaje. La primera pidió un vestido de brocado, la segunda un collar de perlas y la tercera, llamada Bella y era la más gentil, le dijo: “Me bastará una rosa cortada con tus manos.”

El padre partió. Después de varios meses de ausencia trataba de regresar a su casa, pero estaba perdido en el bosque. Hasta que al fin llegó a un castillo. Tan hambriento y cansado estaba que ingresó allí, pero no encontró a nadie. Encontró una mesa llena de comida con un letrero que decía: “Comer con toda confianza”. El padre se sirvió. Luego buscaba un lugar donde dormir. Así que halló una habitación que decía: “Dormir con toda confianza”. Así que el padre se fue a dormir.

Al despertar por la mañana, el padre asomó por la ventana y vio unas hermosas rosas. En ese momento se acordó de Bella. Salió de la habitación para continuar su camino, pero se detuvo en el jardín para cortar una rosa para su hija. Inesperadamente en el rosal apareció una bestia con un bellísimo atuendo que le dijo: “¡Desagradecido! Te di comida y mi cama y, en señal de agradecimiento, ¿Vas y robas mis rosas preferidas? ¡Te mataré por tu falta de consideración!”

El padre aterrorizado, se arrodilló pidiendo perdón: “¡Haré lo que me pidas! ¡La rosa era para mi hija Bella!” Entonces la Bestia le respondió: “Te dejaré marchar con la condición que traigas a tu hija.” El padre se fue muy confundido y asustado. Cuando llegó a casa llorando Bella lo tranquilizó diciendo: “Padre mío, haré cualquier cosa por ti”. El padre muy apenado le llevó al castillo. La Bestia se enamoró de Bella cuando la vio. Le dijo que sea su esposa, pero Bella no lo aceptaba por ser muy horrible.

Bestia le daba las mejores atenciones, pero Bella más extrañaba a su padre. Así que le dio permiso de ver a su padre. Después de verlo, Bella regresó al castillo porque además sentía que extrañaba a la Bestia por haber sido muy bueno. De pronto vio a Bestia que estaba muy  mal por la pena de no verla. Entonces Bella le abrazó y le dijo: “No mueras. Me casaré contigo”. En ese momento Bestia se convirtió en un apuesto príncipe porque había sido hechizado hace mucho tiempo y que volvería a ser normal cuando se case. Así Bella y Bestia se casaron y vivieron felices por siempre.

Fin. 

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Autor: Jeanne-Marie leprince de Beaumont

Adaptación: Karin Silva. SoS Editorial. 

Imagen: Google imágenes. 

6. Pulgarcito

Érase una vez una pareja de esposos que tenían siete hijos. El menor de ellos era tan pequeño que le pusieron de nombre Pulgarcito. Sin embargo, como la familia era muy pobre, los padres decidieron abandonarlos en el bosque. Pero como Pulgarcito era muy astuto, pensó en un plan para regresar a casa: dejar caer piedras para marcar el camino de regreso. Sus padres se alegraron, pero al poco tiempo volvieron a intentarlo.

Esta vez, Pulgarcito arrojó migas de pan para marcar el camino, pero las aves se las comieron y se perdieron. Caminaron y caminaron hasta llegar a la casa de un ogro, que le gustaba comer niños, vivía con su esposa. Al descubrir a Pulgarcito y a sus hermanos, quiso devorarlos, pero su esposa tratando de ayudar a los pequeñines le convenció que se los comiera en día festivo.

Convencido, aquella noche el ogro fue a dormir. Mientras tanto, su esposa que era una ogra muy amable, ordenó a los pequeños esconderse dentro de las botas del ogro diciéndoles además que eran mágicas ya que podían recorrer siete lenguas por cada paso.Pero cuando los pequeños se disponían a escapar el ogro despertó.

Enojado, el ogro corrió tras ellos, pero por primera vez los pequeños eran muy veloces y avanzaban muy rápido en comparación al ogro a quien dejaron atrás y perdieron por fin de vista. Sanos y salvos decidieron seguir buscando su hogar, pero en lugar de eso llegaron hasta el palacio del Rey, quien maravillado por las botas mágicas des ofreció ser su mensajero real.

Al llegar al palacio, los niños encontraron a sus padres que llegaban a pedir ayuda para encontrarlos, estaban arrepentidos por haberlos abandonado. ¡Que sorpresa encontrase allí toda la familia! Desde entonces el Rey les prometió que nada les faltaría y vivieron felices para siempre.

Fin. 

cuentos clásicos

Autor: Charles Perrault.

Adaptación: Desconocido. 

Imagen: Google imágenes. 

7. El patito feo

Como en cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar como todas sus amigas del corral. Llego el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco y todos se juntaron ante el nido para verles por primera vez. Uno a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno acompañado por los gritos de alegría de la Señora Pata y de sus amigas.

Tan contentos estaban que tardaron un poco en darse cuenta de que un huevo, el más grande de los siete, aun no se había abierto. Todos concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto.

Al poco tiempo, el huevo comenzó a romperse y de el salió un sonriente patito, más grande que sus hermanos, pero ¡Oh sorpresa!, muchísimo más feo y desgarbado que los otros seis.

Todos se morían de vergüenza por haber tenido un patito tan feo, mientras prestaban atención a los otros seis.El patito se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta que allí no le querían.

Pasaron los días y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues crecía muy rápido y era flaco y desgarbado, además de bastante torpe el pobre.

Sus hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él llamándole feo y torpe. El patito se sentía muy desgraciado y muy sólo y decidió irse de allí. Cuando todos fueron a dormir, él se escondió entre unos juncos, y así emprendió un largo camino.

Tristemente se alejo de su hogar para buscar la felicidad en otro lugar, hasta que, de pronto, vio un molino y una hermosa granja. El se acercó con recelo y al ver que todos callaban decidió quedarse allí a vivir. Pero al poco tiempo todos empezaron a llamarle patito feo, pato gordo…, e incluso el cerdo lo maltrataba.

Durante todo el invierno estuvo deambulando de un sitio para otro sin encontrar donde vivir, ni con quién. Cuando llegó por fin la primavera, el pato salió de su cobijo para pasear. De pronto, vio a unos hermosos cisnes blancos, de cuello largo, y el patito decidió acercarse a ellos.

Los cisnes al verlo se alegraron y el pato se quedó un poco asombrado, ya que nadie nunca se había alegrado de verlo. Todos los cisnes lo rodearon y lo aceptaron desde un primer momento. El no sabía que le estaba pasando. De pronto, miro al agua del lago y fue así como al ver su sombra descubrió que era un precioso cisne más. Desde entonces vivió feliz y muy querido con su nueva familia.

Fin. 

cuentos clásicos

Autor: Hans Christian Andersen

Adaptación: Desconocido

Imagen: Google imágenes. 

8. Aladino y la lámpara maravillosa

Hace mucho tiempo, en Arabia, había un jovencito humilde y bueno que vivía con su madre. Su nombre era Aldino. Cierto día un malvado hombre le pidió ingresar a una cueva: “Por favor, se me ha caído una lámpara, soy muy viejo para entrar allí”. Pero Aladino vio que era peligroso y no quiso ingresar, enojado el hombre lo empujó y una roca enorme cayo en la entrada. Creyendo que Aladino estaba muerto, huyó.

Aladino estaba muy asustado, pero al darse cuenta que había tanto oro a su alrededor pensó que si salía de allí con apenas una moneda no tendría que volver a pasar hambre ni él, ni su madre, ni ninguno de sus amigos. Cogió una lámpara para alumbrarse, pero al quitarle el polvo ¡Vaya sorpresa! Salió un amigable genio que le concedería tres deseos.

El primer deseo de Aladino fue volver a casa junto a su madre, una vez allí le contó lo sucedido. Su madre estaba muy asustada y agradeció al genio por regresarlo a casa sano y salvo. Aladino repartió el oro entre los más pobres y pidió al genio como segundo deseo que le concediese el amor de la hija del Sultán, de quien había estado profundamente enamorado siempre. Cuando lo consiguió, se sintió el más feliz de la tierra.

El hombre que e había pedido ayuda en un principio se enteró de que Aladino estaba vivo y que además era un hombre muy afortunado. Entonces, supo que lo había conseguido gracias a la lámpara mágica y al genio. Cierto día ingresó al palacio para robar la lámpara, pero se tropezó con los soldados que lo estaban buscando desde hacía mucho tiempo.

La madre de Aladino estaba muy orgullosa de su hijo, quien había decidido no pedir el tercer deseo, para que el genio no fuera encerrado de nuevo en su lámpara. En agradecimiento el genio le obsequio una alfombra mágica ara que Aladino y su bella esposa Jazmín viajaran por el mundo. Desde entonces, vivieron felices para siempre.

Fin. 

cuentos clásicos

Autor: Hans Christian Andersen

Adaptación: Desconocido

Imagen: Google imágenes. 

9. Pinocho

En una vieja carpintería, Geppeto, terminaba más un día de trabajo dando sus últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido este día. Al mirarlo pensó: ¡Que bonito me ha quedado! Y como el muñeco había sido hecho de madera de pino, Geppeto decidió llamarlo Pinocho. Aquella noche, Geppeto se fue a dormir deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo.

Y al encontrarse profundamente dormido, un hada pareció y viendo a Pinocho, quiso premiar al buen carpintero, con su varita mágica, dio vida al muñeco. Cuando se despertó, Geppeto no dio crédito a sus ojos. Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad, para alegría del viejo carpintero.

Muy feliz y contento, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela.Le acompañó su amigo Pepe Grillo, el consejero que le había dado el hada buena. Pero, en el camino hacia el colegio, Pinocho se hizo amigo de dos niños muy malos, siguiendo sus travesuras, e ignorando los consejos de su amigo Pepe Grillo.

En lugar de ir a la escuela, Pinocho decidió seguir a sus nuevos amigos, buscando aventuras no muy buenas. Pinocho acabo por seguir todo lo que le decían sus nuevos amigos, jugando juegos de azar, robando y comportándose muy mal con las personas que veían.

Al ver esta situación, el hada buena le puso un hechizo. Por no ir a la escuela, le puso dos orejas de burro, y por portarse mal, cada vez que decía una mentira, se le crecía la nariz poniéndose colorada. Al estar convertido en burro fue llevado por unos hombres a un circo para ser presentado como espectáculo, pero Pinocho logro escapar de allí con su amigo Pepe Grillo y decidió tomar una buena decisión.

Pinocho acabó reconociendo que no estaba siendo bueno, y arrepentido decidió buscar a Geppeto. Supo entonces que Geppeto, al salir en su búsqueda por el mar, había sido tragado por una enorme ballena. Pinocho, con ayuda de su amigo Pepe Grillo, se fue al mar para rescatar al pobre viejecito. Cuando Pinocho estuvo frente a la ballena le pidió que le devolviese a su papá, pero la ballena abrió muy grande la boca y se lo tragó también a él.

Dentro de la tripa de la ballena, Geppeto y Pinocho se reencontraron. Muy contentos por su reencuentro se pusieron a pensar cómo salir de allí. Sin ninguna idea clara en mente.

Gracias a Pepe Grillo encontraron una salida. Hicieron una fogata. El fuego hizo estornudar a la enorme ballena, y la balsa donde estaban todos salió volando con sus tres tripulantes. Todos se encontraban salvados.

Pinocho volvió a casa y al colegio, y a partir de ese día siempre se ha comportado bien. Y en recompensa de su bondad, el hada bueno lo convirtió en un niño de carne y hueso, así Geppeto, Pepe Grillo y Pinocho fueron muy felices por muchos años.

Fin.

cuentos clásicos

Autor: Carlo Collodi

Adaptación: Desconocido.

Imágenes: Google imágenes.

 

 

 

 

 

 

 

 

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